¿Quédate en México?
En Chiapas la migración es parte persistente de la cultura. Actualmente muchas personas jóvenes migran hacia estados del centro del país, la península de Yucatán, el norte de México, y los Estados Unidos de Norteamérica en busca de una “esperanza de vida mejor”. Así como los chiapanecos, miles de personas de diversas nacionalidades intentan cruzar nuestro país anhelando una vida mejor para sus hijos, ó simplemente para salvar sus vidas.
La llegada de miles de personas en caravana en el 2018 cambió la percepción pública hacia los migrantes. De ser un fenómeno normalizado en las comunidades y pueblos del sur, por donde transitan, se convirtió en un tema de rechazo, y de intolerancia. En diciembre de ese mismo año el gobierno mexicano aceptó el protocolo “Quédate en México” impulsado por el gobierno de Estados Unidos para bloquear el acceso al asilo en ese país y de esta manera “detener la migración”.
A mas de 3 años de estos cambios en la política migratoria, personas de diversas culturas y orígenes siguen cruzado la porosa frontera del sur. Las caravanas ya no vienen de fuera, sino que se forman en la ciudad fronteriza de Tapachula como respuesta al hartazgo en la espera para obtener documentos migratorios que les permitan cruzar el país. No obstante, las autoridades han perfeccionado las formas para detener estos movimientos, realizando redadas en hoteles, detenciones en la madrugada, y usando tácticas que infundan miedo en la población migrante. Es así como se han desmantelado los movimientos masivos de personas en los últimos días.
Las imágenes que componen esta exposición fueron realizadas entre el 2018-2021 desde la mirada, las ideas y los posicionamientos de cuatro fotoperiodistas que han documentado momentos relevantes del pueblo migrante, y con ello dan cuenta de la emergencia humanitaria que se vive en el sur de México. Al presentar esta exposición como parte del VI Encuentro de Antropología Audiovisual buscamos contribuir al diálogo sobre el papel de la fotografía en el análisis de nuestra realidad.
Cada imagen que aquí hace presencia ha dejado una huella en la consciencia del fotógrafo. La fotografía de la “ mujer, madre, migrante ” que lleva caminando 80 kilómetros por la carretera internacional costera, y que con su mirada sostenida defiende su derecho a la imagen; la otra madre africana que escenifica el sufrimiento del “ser migrante” al levantar a su hijo recién nacido; el accidente donde 55 personas perdieron la vida mientras eran transportados en la caja de un tráiler de manera ilegal; ó la fotografía del grupo de hombres con niños y carriolas que encaran a los militares mexicanos al cortarles el paso. Estas son solo algunas de las imágenes que llevaremos en nuestra memoria. De ahí que esta exposición se convierta en un ejercicio de reflexión propia, pero también un posicionamiento para pensar la imagen como una herramienta para el análisis de nuestra historia como sociedad y un documento para la memoria, para no olvidar lo que como país hemos construido al ser los administradores de la migración.
Hoy mas que nunca los ladrillos de un muro que inexorablemente se erige sobre nuestras conciencias impiden que seamos compasivos hacia las historias de vida del otro, y hacen que no podamos entender las razones por las que personas deciden dejar todo atrás y mirar hacia adelante, para encontrar al menos una fracción de libertad en otra tierra que no es la suya.