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La vida en ausencia de Erika Rubí Hernández y Yuri Lisset Méndez Trejo

por Adriana Rodríguez y Gabriela Sanabria

En el mes de abril del 2019 se llevo a cabo el foro “Feminicidios en México. Análisis y retos legislativos” y contó con la presencia de Roxana Aguilar, representante de Naciones Unidas para la prevención del Delito y las Drogas, ella es especialista en feminicidio. En su visita declaró que en el 2017, México ocupó el segundo lugar en feminicidios a nivel mundial y que tras dos años las cosas no han cambiado, al contrario, en estos meses nuestro país ocupa el primer lugar. Basta con visitar el proyecto de gerreferenciación “Los feminicidios en México” y observar el mapa de este país para detectar que todo el país se encuentra lleno de cruces y estas siguen en aumento.  

En un país donde a las mujeres nos asesinan, el luchar por vivir es una resistencia. El vivir no sólo contempla una perspectiva individual, sino busca rescatar la memoria de quienes fueron esas mujeres asesinadas. El vivir también se vuelve una promesa política en la que nombramos a nuestras compañeras, gritamos quiénes eran ellas y nos cuidamos entre nosotras. 

Cuando leemos en notas periodísticas sobre feminicidios la información que más se repite es el modo en que fue asesinada, cómo fue encontrada, a veces su nombre o en algunos casos sólo formando parte de una cifra más. Pero quiénes eran ellas, qué les gustaba hacer, qué disfrutaban, cuáles era sus lugares favoritos… Cómo pasaban el tiempo libre, eso se nos olvida; cuando pensamos en feminicidios sólo se nos vienen a la mente tristes cifras que aumentan mes con mes. 

En este trabajo buscamos compartir quiénes eran ellas, poder compartir un pedacito de lo que eran, nombrarlas y no olvidarlas porque ellas son nosotras y nosotras somos ellas. Tampoco olvidamos a esas mujeres que siguen en pie de lucha por justicia para las mujeres que les fueron arrebatadas; porque ellas se quedan con esas ausencias, dolores de no compartir una sonrisa más de Erika o Yuri, dos feminicidios ocurridos en el estado de Chiapas. 

Erika Rubí Álvarez Hernández

Erika era una mujer de 27 años que fue asesinada por su pareja. Esta es una fotografía de ella con amigas y familiares.

Erika era originaria de San Cristóbal de Las Casas, y su hermana Roxana la describe como una mujer a la que le gustaba la convivencia familiar, escuchar música cristiana, la cocina, asistir a la iglesia, que era muy prendida, estudiosa y que tenía la capacidad de aconsejar a las personas. Era una mujer muy fuerte y valiente, cuando estaba enferma no solía quejarse  y supo tomar la organización de su casa desde joven. Una de las cosas con las que soñaba en esa época de su vida era con poner una cafetería cristiana y una iglesia en su casa para poder predicar la palabra de Dios más de cerca.

En su última etapa de vida Erika se graduó como Licenciada en educación básica en la normal experimental y posteriormente le dieron una plaza en un jardín de niños en Yajalón, lugar al que tuvo que viajar. Sus compañeras de trabajo y vecinas decían que Erika era una mujer muy alegre a la que le gustaba abrir las puertas de su casa y las ventanas para que quienes pasaran pudieran saludarla con mucho gusto, no hacía falta la música y se escuchaba a ella ahí cantando. Las cosas fueron cambiando cuando Carlos apareció en su vida y se fue a vivir con ella. Ya no abría las ventas ni ponía música, su peso fue desmejorando y la comunicación con su familia se fue perdiendo. Erika parecía no tener control, en el jardín de niños los padres de familia le habían llamado la atención, y sus tarjetas de banco tenían muchas deudas. 

Tres meses antes de su asesinato había dado a luz a una niña, ella estaba muy entusiasmada con esta parte de su vida, además de tener a su cuidado a los dos hijos que Carlos había tenido en su primer matrimonio, ella era muy buena con el cuidado y la convivencia con los más pequeños. Un mes antes de su asesinato firmó un seguro de vida y se ha mencionado que este fue el motivo principal por el que Carlos la golpeó severamente hasta dejarla muy grave en el hospital, para poder cobrar el seguro. Erika pierde la lucha por sobrevivir en el hospital en junio del 2014 con apenas 27 años de edad.

Carlos ahora se encuentra en la cárcel y recientemente le dieron la sentencia de 25 años de cárcel. En el caso de la hija de Erika la guarda y custodia sigue sin definirse.

Roxana, su hermana nos dice que espera ya no sigan sucediendo estos casos de feminicidio y que ojalá estemos aprendiendo algo de estos casos.

Yuri Lisset Méndez Trejo

Yuri era una mujer de 21 años de edad, originaria del municipio de Huixtla. Ella había estudiado enfermería.

Sus amigas y su madre la recuerdan como una persona que le gustaba viajar, era alegre siempre tenía una sonrisa en la cara, cariñosa, tierna, de un corazón bondadoso. Le gustaba convivir con sus amigos; uno de sus pasatiempos era la lectura. 

Fue asesinada un 23 de noviembre del 2016. El siguiente párrafo es un extracto de una carta que le escribe Yamil Trejo, madre de Yuri a ella en el 24 de noviembre de 2018.